Vecinos de la laguna ubicada en Sarandí denuncian olores nauseabundos por el bajo nivel del agua y la putrefacción de la fauna muerta en el lugar. La sequía y la novena ola de calor que sacuden la región serían los principales motivos.
Cientos de peces aparecieron muertos en la laguna La Saladita, ubicada dentro de la reserva natural municipal que lleva el mismo nombre, lo que causó alarma entre los vecinos y las vecinas de la zona debido a los fuertes olores que emanan de la fauna acuática muerta.
La Saladita es un espejo de agua se seis hectáreas de dimensión, con una profundidad variable de entre 4 y 7 metros de profundidad, que se encuentra sobre la margen oeste de la autopista Buenos Aires – La Plata a la altura de la calle Hernán Cortez en la localidad de Sarandí, partido de Avellaneda.

Según denunciaron moradores locales, el fuerte olor a putrefacción alcanza varias cuadras a la redonda y afecta a cientos hogares. «Queremos que levanten los peces muertos, es muy fuerte el olor a podrido» reclamó Daniela, vecina de la zona.
La laguna presenta un hábitat ecológico en el que conviven diferentes especies de plantas, aves, reptiles, peces y mamíferos. Según informa el sitio lasaladita.ar «entre las especies de peces que habitan la laguna podemos nombrar las mojarras, morenitas y panzudos, dientudos, chanchitas, bagres y viejas de agua, también es común observar algunas carpas koi, provenientes de peceras de vecinos, que encontrando un hábitat ideal en la laguna, desarrollaron su tamaño considerablemente».

Este domingo se evidenciaron cientos de cadáveres de peces flotando en la poca agua que queda en la laguna, fenómeno que los especialistas atribuyen a la ola de calor y a la sequía reinantes. En este sentido, el meteorólogo Sergio Jalfin explicó a diario Perfil que «el calor extremo y poco frecuente que se sostiene este marzo responde a diversos factores, entre ellos La Niña, que está directamente asociada a la sequía y por ende a la ausencia de precipitaciones» y agregó que «si no llueve los días están más despejados y por efecto de la radiación solar la temperatura sube más».
Mientras tanto, vecinos y vecinas damnificados por este fenómeno solicitaron a las autoridades municipales que retiren los peces muertos para evitar la expansión del olor y las posibles enfermedades que puedan ocurrir por esta causa.