¿Qué pasa en Rosario? ¿Por qué pasa? ¿Cómo se arregla?

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La Calle dialogó en forma exclusiva con periodistas especializados en temas vinculados al narcotráfico que se encuentran trabajando en Rosario y Gran Rosario. Nahuel Suárez de la señal A24, Miguel Ponce de León de Crónica HD y Ariel «Toto» Borden de Radio 2 Rosario analizaron la situación que se vive en el distrito más caliente del país y esbozaron algunas alternativas de soluciones a futuro.

Con una población de 1.334.636 personas distribuidas en un territorio de 178,69 km2, Rosario se presenta como el tercer distrito más poblado del país, detrás de Buenos Aires y Córdoba, según datos del último censo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), de las cuales 698.548 son mujeres, 635.868 varones, mientras que unas 220 se identificaron con una “X” o “ninguna de las anteriores”. 

La pobreza en esta jurisdicción se ubica en 31,2%, la indigencia en 3,6% y la Tasa de mortalidad infantil alcanza 7,64 por mil, números por debajo de la media nacional (36,5 de pobreza y 8,8 de indigencia), con una curva en descenso de 8,2 y de 7 puntos respectivamente, en comparación al ejercicio 2021.

En cuanto al mercado laboral, el INDEC midió en el aglomerado Rosario el segundo nivel más alto de desempleo en el país, del 13,6%, por encima del 11% a nivel nacional. Mientras encabeza las cifras de desocupación, las tasas de pobreza e indigencia están bastante por debajo en la tabla de los 31 conglomerados de la muestra.

En 2022, Rosario terminó con una tasa de homicidios dolosos de 22,1 cada 100 mil habitantes. Ese registro quintuplica la tasa nacional de 2021 (último dato disponible a nivel país). Mientras que más de un 70% de los homicidios dolosos en esta ciudad santafesina están asociados a organizaciones criminales y casi un 75% fueron planificados y no espontáneos, según publicó sitio chequeado.com que además delató que en el último año se duplicó la proporción de víctimas mujeres sobre el total.

En lo que de 2023, y contabilizando el asesinato de Máximo, un chico de 11 años que festejaba el cumpleaños de un amigo, se produjeron 63 homicidios en esta ciudad, a razón 1,08 por día.

Máximo Jeréz tenía 11 años, hasta el momento es la última víctima de homicidios vinculados al narcotráfico en Rosario

¿Qué pasa en Rosario?

«Dejaron crecer a un monstruo y se les fue de las manos», analizó Nahuel Suárez, periodista de la señal A24 especializado en narcocrimen, y explicó que «Rosario hoy está sitiada por grande bandas narcos, con todas sus franquicias desparramadas en el norte y el sur del distrito y es una lucha por el territorio día a día».

Por su parte, Ariel «Toto» Borden de Radio 2 Rosario, indicó que esta ciudad «está ubicada en un lugar privilegiado del planeta: la droga baja desde Colombia, de Paraguay, Brasil y Bolivia por la hidrovía y va tocando diferentes puertos con sus barcos, más a allá de lo que se traslada por avionetas y por tierra» y consideró que «era lógico que en una ciudad con un millón y medio de habitantes y con tanta pobreza la droga penetrara muy fácil».

Asimismo, Miguel Ponce de León, enviado de Crónica HD, le dijo a La Calle que «en Rosario se vive un aumento de la violencia narco que quedó expuesta con la muerte de Máximo Jerez un niño de 11 años» y agregó: «La llegada de gendarmes al barrio Empalme donde mataron a Máximo produjo alegría y emoción de muchos vecinos, aunque de todas formas siguen con mucho miedo, ya que las amenazas y los ataques intimidatorios son cada vez más».

«El fenómeno lleva más de veinte años y nunca nadie intentó pararlo realmente, vas a un barrio y todos los vecinos saben dónde están los bunkers», sostuvo «Toto» Borden, al tiempo que reveló un dato alarmante: «las maestras de las escuelas dicen que tienen alumnos de séptimo grado que son soldaditos o que trabajan vendiendo, porque son pobres».

Además, según Suárez, «los grandes líderes manejan todo desde las unidades penitenciarias donde están detenidos y afuera sigue todo el negocio de la droga, porque hay gente a la que le conviene y le sirve que siga funcionando».

El dueño de un taller mecánico vendía un auto y se habrían hecho pasar por compradores: lo ejecutaron de un disparo

¿Por qué pasa?

Nahuel Suárez sostuvo que lo que ocurre en Rosario pasa «por desidia del Estado, porque lo que comenta la gente es que todos tienen vinculación con los narcos, llámese fuerzas policiales, poder judicial y parte de la política, es lo que refleja el vecino, que no confía en absolutamente nadie, porque todos saben que todos son socios del narcotráfico», mientras que Borden coincidió en el concepto de «desidia» de parte de los organismos estatales y afirmó que «nadie quiere tomar en serio el problema del narcotráfico en la República Argentina, que se inició con Eduardo Duhalde cuando era gobernador (de Buenos Aires) y ya está tan metido en la sociedad que es imparable, es más creo que estamos en un estadío superior que es que esa droga se vende muy fácilmente: un kiosco en un fin de semana recauda un millón ochocientos mil pesos y hay unos 480 en Rosario, hoy ese dinero que salía en bolsas negras de residuos ya está invertido en departamentos, en bares, restaurantes, casas, autos importados de alta gama, hoy el dinero del narcotráfico que era negro ahora es blanco y forma parte la economía blanca de la ciudad».

Por su parte, Ponce de León consideró que «el negocio narco es cada vez mayor y la mano de obra de los soldaditos sicarios es barata, sumado a nichos de corrupción muy enquistados en la Policía y la Justicia de la Provincia de Santa Fe».

¿Cómo se arregla?

Para el periodista rosarino Ariel Borden «se arregla con un abordaje integral: primero habría que tratar que la droga no ingrese por las fronteras, por tierra, agua y aire, tendrían que ponerse de acuerdo los gobiernos de Argentina, Paraguay, Brasil y de Uruguay, para armar un comando conjunto, proteger la hidrovía y ver cómo se desbarata la droga que va al resto del mundo: un kilo de cocaína aquí vale 10 mil dólares, en Australia vale 50, en Asia también, en Europa vale entre 45 y 50 mil dólares».

En el mismo sentido, Suárez indicó que un posible plan de ataque a este flagelo tendría que darse «con mucha inclusión social, con mucha educación, bajando a los territorios para ver la necesidad de la gente, que es muchísima, más allá de la inseguridad, en la parte de infraestructura: no podés vivir donde no tenés agua, no tenés cloacas, ni luz, donde estás privado de todo y eso el narco lo sabe aprovechar y lo explota, por eso tantos soldaditos que son utilizados para este delito; donde no está el Estado el narcotráfico aprovecha».

En el mismo sentido, Miguel Ponce de León sostuvo que «mientras el narcotráfico le dé más beneficios económicos a los que tienen menos recursos que el sistema tradicional, todo va a seguir como esta, o peor» y agregó que «algunos parches útiles podrían ser aumentar todo lo que se pueda la cantidad de gendarmes y evaluar intervenir la Policía de la Provincia de Santa Fe».

La Villa Banana, uno de los puntos más conflictivos de la ciudad de Rosario

Para finalizar, Suárez pidió » una política seria y real en la lucha contra el narcotráfico», y Ponce de León afirmó que «el consumo de drogas es imparable, mientras un negocio gigante de este tipo sea ilegal las regulaciones las van a seguir haciendo grupos mafiosos a los tiros».

Por último Borden desatacó que «hay que erradicar la pobreza de los barrios, hay que exterminar los kiosquitos y meter presos a sus dueños al igual que a los financistas que le cambian los dólares a los narcos, el abordaje debe ser integral, con fuerzas de seguridad y jefes no corruptos, pero tienen que estar todos de acuerdo, Policía de Santa Fé, Ministerio de Seguridad nacional, SEDRONAR, y hacer hospitales o establecimientos de salud para curar a los adictos».