sábado 27 de julio de 2024 - Edición Nº396

Avellaneda | 30 abr 2024

DÍA DEL TRABAJADOR

Juan Manuel Casella:.1º de Mayo: La lucha continúa

El Dr. Juan Manuel Casella reflexiona sobre los hechos que dieron origen a la conmemoración del 1º de Mayo y las luchas obreras de nuestro país, en el difícil contexto actual.


Primero, los hechos. Son conocidos, pero vale la pena recordarlos siempre.
En Abril de 1886 los trabajadores de la ciudad de Chicago, en Estados Unidos, iniciaron otra etapa del reclamo por la fijación del límite de ochos horas a la jornada laboral, que hasta ese momento solía extenderse hasta doce o catorce horas diarias.
El 4 de mayo de ese mismo año, la policía de Chicago decidió reprimir a los manifestantes reunidos en una plaza pública para ratificar ese mismo reclamo. En un momento determinado, alguien –nunca identificado- hizo estallar una bomba. La respuesta policial fue durísima: los policías dispararon sobre los manifestantes causando decenas de muertos y además detuvieron a centenares de ellos.
La acción judicial iniciada con motivo de esa explosión tuvo en definitiva ocho imputados. La farsa judicial que intentó presentarse como un juicio serio terminó con la sentencia a muerte de cinco acusados, a prisión perpetua de dos y a quince años de prisión para el restante. De ahí surgió la dramática caracterización: ellos fueron, para siempre, «los Mártires de Chicago».
Esa condena fue un escándalo judicial, porque la  investigación nunca logró determinar quién había lanzado la bomba y el fiscal imputó a los ocho acusados simplemente porque habían participado en un acto de protesta. Cuatro de los condenados a muerte fueron ejecutados en la horca. El quinto se suicidó días antes de la ejecución de la sentencia. Los tres sobrevivientes fueron finalmente «perdonados» el 26 de junio de 1893.

Desde entonces ¿Cómo evolucionó el trabajo en el mundo?
El desarrollo de la legislación laboral creó progresivamente condiciones de trabajo mejor reguladas, mejor administradas y mejor controladas. Ciertos derechos elementales quedaron definitivamente convalidados. La jornada laboral limitada, los descansos, las vacaciones, la garantía salarial e incluso el derecho a la indemnización en caso de despido que rige en la mayor parte del mundo.
 En ese sentido, la tarea de la Organización Internacional del Trabajo fue importante para agregar mayores niveles de protección al trabajo humano. Pero sigue existiendo niveles de desigualdad notables que incluyen desde el trabajo esclavo hasta la explotación laboral de mujeres y niños. El fenómeno de emigración masiva desde África a Europa y desde Centro América hasta los Estados Unidos demuestra la dimensión de la desigualdad que aún nos abruma.
A partir de la finalización de la Segunda Guerra Mundial, la aceleración y profundización del desarrollo científico-tecnológico transformó los métodos productivos, disminuyendo la necesidad del esfuerzo físico humano. La robótica, la informática y ahora la inteligencia artificial acentúan esa tendencia.
De esa manera, el acceso al conocimiento se convierte en otro factor de diferenciación social y el crecimiento más que proporcional de la especulación financiera impulsa la concentración de la riqueza y favorece la aparición de una nueva forma de poder, apoyado en la alianza entre el conocimiento y el dinero.
 Argentina no pudo evitar que esos factores influyeran sobre el diseño de su perfil social pero además, carga con sus propios problemas. A partir de la crisis económica mundial de 1929/30, el crecimiento de la industria sustitutiva empleó un número cada vez más importante de trabajadores industriales e impulsó el desarrollo sindical y la legislación protectora del trabajo, proceso favorecido por el peronismo, que alcanzó su culminación con la sanción del art. 14 bis de la Constitución Nacional, impulsado por el vecino de Avellaneda Crisólogo Larralde (UCR).
En la actualidad el cambio tecnológico ya determinó la transformación industrial. En las grandes unidades fabriles que empleaban miles de obreros, el trabajo humano fue reemplazado por la computación, con el consiguiente efecto en el porcentaje de trabajadores industriales. A partir de 2011, la economía argentina dejó de crecer, a tal punto que hoy el PBI está estabilizado en la cifra de ese año, lo que determina una caída del ingreso per cápita debido al aumento de la población. Además, tomando en cuenta las cifras publicadas, hoy la pobreza alcanza al 51,8% de la  población según cifras de marzo de este año, lo que equivale a veinticuatro millones de personas. Durante el primer trimestre de 2024, se agregaron tres millones doscientos mil pobres.
  Desde el punto de vista salarial, la caída del promedio salarial del sector privado osciló en el 20 o 25% y las jubilaciones cayeron el 29,5% durante el mismo período. La inflación ascendió a un 90% en cuatro meses.
Pero el más grave problema que presenta la realidad social argentina actual, es el trabajo no registrado o «en negro» que abarca al 46% de la población económica activa. El trabajador no registrado cobra un salario 20% menor del promedio, no tiene obra social, no tiene aportes jubilatorios y carece de protección sindical porque los sindicatos se ocupan de los trabajadores registrados. Todo ello implica que en el campo laboral la Argentina ha sufrido un deterioro monumental y que la desigualdad excluyente alcanza un nivel difícilmente compatible con el funcionamiento democrático.
De ahí que la conmemoración del 1º de Mayo debe significar un compromiso que abarque al gobierno, a las organizaciones sindicales, a los partidos políticos y a la opinión pública: sólo impulsado el crecimiento bien distribuido, podremos salir de esta situación dramática. Sólo reivindicando el concepto de Justicia Social atado al crecimiento, podremos disminuir progresivamente la pobreza y devolverle una calidad de vida digna a todos los argentinos.
Por eso, la conmemoración del 1º de Mayo debe recuperar hoy el espacio central en la memoria colectiva.
como Minisatro de Trabajo durante la presidencia de Raúl Alfonsín.

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